Acto reflejo

La voz, por definición, es el sonido producido por el ser humano cuando las cuerdas vocales vibran a causa del aire expulsado a través de la laringe; pero no especifica lo mucho que puede calarse. Si yo tuviera que definirla, empezaría advirtiendo: una vez que escuches la voz de 'la persona' tu cuerpo olvidará como comportarse, olvidará tu nariz tomar aire, tu corazón latirá veloz y una onda de calor invadirá todo tu sistema, aumentando la sensibilidad de tus sentidos. Una vez experimentada esta situación, nunca la olvidarás, tampoco serás capaz de explicarla pero, créeme, sabrás lo que es la magia.
La voz nos acerca, creo que en gran parte nos define. Supongo que por eso soy de las que manda audios constantemente, me gusta que me sientan cerca.
Tú no eras muy de grabarlos, tampoco de escucharlos. Puede que ese fuera nuestro error.

Hoy estaba nostálgica y mientras miraba vídeos y fotos del verano, te he visto... o más bien, he visto tus zapatillas. Era un vídeo de tus pies; tú estabas dentro del probador y yo sentada fuera, esperándote. Tú te habías puesto a bailar. No pasaba nada más, no salían nada más que tus zapatillas negras. Y tu voz. Se escuchaba tu voz. Solo dura unos segundos pero da tiempo a que tu voz invada todo mi aire. En el silencio del vídeo yo te digo que si ya no bailas y tú te ríes, te ríes de una forma tan limpia que no he podido evitar sonreír; es una risa suave y corta para seguir diciéndome: "es que estabas muy callada". Que bien se te daba llenarme hasta los silencios. Habías bailado para mi sin darte cuenta, solo para mi, solo para que el silencio no me entristeciera.
¿Sabes que no escuchaba tu voz desde noviembre? Desde la última vez que nos vimos. No he vuelto a escucharte hablar y no me preguntes por tu risa porque ya no nos recuerdos riendo.

Como decía al principio, el cuerpo entero se paraliza, la sangre se calienta y los pulmones deciden hacer huelga. Es una sensación extraña, plena y, por ahora, la más sincera que he sentido desde que te fuiste. Este acto reflejo que mi cuerpo adopta cada vez que tú apareces no trae mariposas. No habla de amor. No suspira. No es libre. Me atrevería a decir que es prehistórico, que es un estimulo que me protege del peligro, del peligro de ti, de tu voz, de tus recuerdos borrosos y de mi, me protege de idealizarte, de pensar que te quiero, que te quiero conmigo. Me protege, me pone en alerta, me grita que tenga cuidado, que aún puedes herirme.
Me gusta saber que mi cuerpo y mi mente caminan al mismo ritmo, que ambos quieren dejarte ir y ¿sabes qué? Estamos avanzando.

Nota mental: no volverte a escuchar hasta nuevo aviso.

C.

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